lunes, 7 de diciembre de 2009

Desear


En estos últimos años la Navidad se ha vuelto cada vez más consumista. Se empieza a vender antes con el único objetivo de vender más. Desde octubre ya empiezan a bombardear las televisiones con anuncios recordandote que tan solo quedan tres meses para la Navidad.
Para mi, la Navidad es la misma siempre y sigo cada año esperandola con más y más ilusión.
Me emociono cada año cuando ponemos el Belén con sus pastores, los reyes magos, el establo, los animalitos, las luces... Poco a poco el ambiente se va cargando de ilusión. Empiezan a llegar familiares y llegan las risas, los abrazos y los buenos momentos que siempre te dejan un dulce sabor de boca.
Llega Nochebuena y empezamos con las comidas familiares en las que las horas y horas de charla fluyen y fluyen hasta muy entrada la noche.
Se va acercando el fin de año y es tiempo de reflexión, mirar a trás y mirar hacia delante... Miles de buenos y malos momentos, miles de preguntas, de miedos, de soluciones y de sueños... Sobre todo eso: Sueños. La ilusión nos llena y por fín nos hace sonreir.
Villancicos, familia, amigos, tiempo para descansar, frío fuera y calor dentro, luces, árboles, pero sobre todo lo que me gusta de la Navidad es que parece que por unos pocos días en el año esa ilusión está latente en casi todos, destacan las sonrisas y los sinceros abrazos... ah, por no olvidarnos de las inocentes miradas de los niños.

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