el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
Cada uno tenemos nuestra propia forma de ver, crear e interpretar el mundo, "nuestro" mundo. Es prácticamente imposible que otros consigan ver el mundo de la misma forma que lo hacemos nosotros. No hay dos pares de ojos iguales. Sin embargo, las palabras pueden transportarnos a otras dimensiones y con la ayuda de ellas podemos adentrar a los demás en los límites de la nuestra. No podrán jamás traspasar dichos límites, pero sí contemplar desde ellos.
La vida puede llegar a ser en algunas ocasiones como una partida de ajedrez. En ella influyen valores como la valentía, la sabiduría o la paciencia, a su vez también influyen factores como la suerte.
Es un juego arriesgado en el que cada movimiento trae sus repercusiones y estas pueden marcan el fin de la partida. La balanza puede decantarse con tan solo un movimiento, puedes ganar o perder.
Es un juego para arriesgados, para entregados, porque aquellos que le tienen miedo a la vida y no se entregan a ella terminan en tablas. No pierden, pero no ganan y a la larga esto termina siendo peor.
¿Es mejor no saber qué es la felicidad con tal de no sufrir?
Si yo tengo que decidir, clávame un cuchillo en el pecho, hazme sufrir si quieres, pero yo juego.
M.B.R.
En la vida hay un juego muy famoso llamado amor. Muchos participantes se dedican toda su vida a recolectar papeletas y nunca ganan. Otros sin embargo se encuentran una papeleta en el suelo, y ganan sin ni si quiera haber participado. Es un juego de probabilidades, de azar, en el que o se gana o se pierde. Lo que viene después depende de cada uno y de su fortaleza.
Cuando se ha perdido tantas veces, ya solo queda ganar.
Dicen que la profesión de escritor es algo solitaria, ¿será eso verdad?
Querer.
Quiero.
Yo quiero.
Yo quiero saber acertar.
Yo quiero fallar, y saber corregir mi error.
Yo quiero perdonar.
Yo quiero querer.
Yo quiero amar.
Yo quiero viajar.
Yo quiero ir a África.
Yo quiero ir a América.
Yo quiero ir a Asia.
Yo quiero recorrer Europa.
Yo quiero perderme en Oceanía.
Yo quiero saltar.
Yo quiero llorar.
Yo quiero reír.
Yo quiero sentir.
Yo quiero volver a subirme a un escenario.
Yo quiero volver a hacer teatro.
Yo quiero escribir.
Yo quiero publicar.
Yo quiero escribir un libro.
Yo quiero ver pobreza y darme cuenta realmente de que el mundo necesita un cambio.
Yo quiero luchar contra la hipocresía.
Yo quiero ser padre.
Yo quiero tener hijos.
Yo quiero ver el amanecer en una playa.
Yo quiero ir a las montañas.
Yo quiero hacer el camino de Santiago.
Yo quiero hacer cosas solo.
Yo quiero hacer cosas acompañados.
Yo quiero ir a
Yo quiero hacer el amor.
Yo quiero que me hagan el amor.
Yo quiero perderme en la mirada de alguien.
Yo quiero no peder a personas que son muy importantes para mí.
Yo quiero poder conocer a algunas personas.
Yo quiero hacer muchas cosas.
Yo quiero querer hacerlas.
Yo quiero cumplir mis sueños.
Yo quiero vivir la vida.
Yo quiero comerme el mundo.
Porque me enamoré de la vida y ahora no paro de pensar en ella y en cómo entregarme a ella.
Paulo Coelho, "El alquimista".
Cada día, cada segundo, cada gesto, cada palabra cuenta... Todo trae sus consecuencias, todo trae sus frutos.
Hay personas de todos los tipos. Pero hoy me gustaría hablar de esas personas que consiguen tocarte el alma.
Son personas que pueden haber estado siempre ahí o personas que pueden aparecer en tu vida cuando menos te lo esperas.
Son personas que llegan a conocerte de tal forma que ante ellas te sientes desnudo.
Son personas que llegan en los momentos más inesperados, cuando menos te lo esperas.
Personas profundas, que te deslumbran de una manera especial. Son cristalinas y no pretenden fingir ser nada de lo que no son. Personas puras que no se caracterizan por su maldad sino por su bondad.
Poco a poco esas personas van entrando dentro de ti sin que te des cuenta, y el día menos esperado te hacen vibrar con una sonrisa, con una caricia.
Su presencia puede ser continua o distante, pero el lazo no se rompe porque se da todo por mantener viva la llama de esa relación. Son personas cuya presencia de una forma u otra son necesarias en tu vida.
Son personas que se recuerdan con una sonrisa en la cara por muchos años que pasen.
Hay personas, que llegan a tocarnos hondo...
Cierra los ojos y por unos instantes deja todo lo que te rodea atrás para centrarte en todo lo que te ha hecho llegar hasta dónde estás.
Recuerdas.
Sientes.
Extrañas.
Sientes miedo.
Recobras energías.
Ríes.
Lloras.
Sientes como la vida recorre cada poro de tu piel, tu respiración se relaja y las imágenes pasan por tu mente una tras otra.
Este año, en mi caso, ha sido un buen año. Si he de sentirme orgulloso por algo ha de ser por la gran familia que tengo y que hace que todas mis expectativas estén cada día más cerca de cumplirse. A nivel personal, he de decir que me siento muy afortunado por tener los amigos que tengo. Apoyan, escuchan, hablan, y sobre todo siempre miran por tu bien. Están en las buenas y en las malas. Se ríen conmigo, pero también lloran conmigo.
He cometido fallos, muchos, demasiados. He caído. Me he sentido mal. Pero siempre ha habido algo que me ha hecho levantarme y seguir adelante: la fuerza de voluntad. En mi opinión el ser humano no es perfecto, y por tanto comete fallos. No sé por qué estamos aquí y ni si quiera nada me asegura que vaya a tener algo después de esto, solo sé que me han dado la oportunidad de vivir una vida, ya sea corta o longeva, pero a fin de cuentas una sola vida. Quizás un día cierre los ojos para siempre y no los vuelva a abrir y todo lo que he estado construyendo durante años se venga abajo y nada quede. Pero sí quedará, quizás yo no, pero si quedará todo lo que haga, todo el amor, y todo lo También quedarán los bienes materiales que tanto codiciamos pero ya no tendrán valor. Lo único que tendrá valor serán las personas, los sentimientos, mi mundo. Hay que vivir la vida, apreciar cada momento, cada instante, disfrutar de lo que verdaderamente vale e importa, tener una vida plena y darle sentido al sin sentido que nos han regalado, porque sino no habremos vivido, tan solo habremos nacido y muerto. Crea una fachada, vive por el resto y el resto será quién te domine, la casa se vendrá abajo y lo único que quedará será una fachada.
Vive por ti, sin importar la fachada, el que dirán, y tu casa tendrá unos muros tan sólidos que podrá soportar todo lo que se le eche encima.
Podrás fallar y equivocarte pero tan solo si de verdad estás arrepentido, te levantarás, rectificarás y aprenderás.
La vida, está para saber vivirla. Sino habrás muerto sin haber vivido.