sábado, 29 de enero de 2011

“El coraje no es la ausencia de miedo, sino el considerar que hay algo más importante que el miedo. Puede que los valientes no vivan eternamente, pero los cautelosos no viven en absoluto. A partir de ahora viajarás por un camino entre la persona que crees que eres y la que podrías ser. La clave es dejarte llevar durante ese viaje.”

Princesa por sopresa.

La clave es el autoconocimiento, la superación, la lucha y una mente abierta a nuevas posibilidades que traigan felicidad a esta vida.


viernes, 28 de enero de 2011


“Les contaré un secreto: no leemos y escribimos poesía porque es bonita. Leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la raza humana; y la raza humana está llena de pasión. La medicina, el derecho, el comercio, la ingeniería... son carreras nobles y necesarias para dignificar la vida humana. Pero la poesía, la belleza, el romanticismo, el amor son cosas que nos mantienen vivos.”



El club de los poetas muertos.



http://www.youtube.com/watch?v=c0P7G84ovRM&feature=related



Entender la poesía - La H suena.


'She saved my life. She taught me everything. About life, hope and the long journey ahead. I’ll always miss her. But our love is like the wind. I can’t see it, but I can feel it.'

A walk to remember.


Life's always more than you thought it was going to be.

lunes, 24 de enero de 2011

PROGRESS

http://www.youtube.com/watch?v=aCHg5r6rFoI&ob=av2el




Si a pesar de todo decidí continuar, no pienso achantarme ahora. La carrera será corrida, no sé que saldrá de esto, pero mi conciencia quedará tranquila. Pase lo que pase, sabré que lo di todo de mi, a persar de todo.
"A veces el alma se hace grande".

viernes, 21 de enero de 2011



Cuando corres tu mente viaja a una velocidad superior a la de tus pies. Muchas veces se te olvida hasta cuál es el verdadero destino, sin embargo pones todo tu esfuerzo en terminar la carrera. El corazón bombea más y más rápido. Tus músculos quemados continúan moviéndose a pesar del dolor que supone luchar contra la naturaleza, luchar contra una meta. Y ahí está tú, zancada tras zancada vislumbrando cada vez más cerca la meta. Y es entonces cuando en lugar de aminorar el ritmo, lo aceleras, y llegas; y la cruzas.

miércoles, 19 de enero de 2011



Era un día más, y sin embargo algo diferente recorría mi piel. La habitación estaba a oscuras. Me levanté de la cama, me acerqué a la venta y subí las persianas. El sol irradiaba vida, y ésta poco a poco se adentraba en la habitación llenándola de luz y deshojando la oscuridad. Me dejé acariciar por el calor de los rayos que entraban por la ventana mientras inhalaba el aire de la mañana y perdía la vista en el infinito. Cerré los ojos. Noté como el sol acariciaba mi rostro, mi desnudo pecho, mis pálidas piernas. Sentí el calor despertando cada poro de mi cuerpo, perdiendo la noción del tiempo. La vida pasaba agitada bajo mi ventana, parecía como si de una cinta de video rebobinándose se tratase. Súbitamente el claxon de un coche me agarró del tobillo y me trajo de vuelta a la realidad. Me giré y abrí el ajado armario que compré dos años atrás en un mercadillo. Todo estaba descolocado, la ropa estaba tirada en el suelo del armario y las perchas lucían vacías en sus soportes esperando para ser usadas. “Mañana os vestiré de nuevo”, me prometí. Si mi madre viese aquel desorden, probablemente la sangre se coagularían en una de las válvulas del corazón, la respiración descompasada se agitaría, perdería la visión, le darían calambres en el brazo izquierdo y su corazón se pararía. El hecho de acordarme de ella y de lo mucho que detestaba el desorden me hizo sonreír. Cogí unos calzoncillos limpios, cerré el armario y me dirigí al baño esquivando la ropa que había dejado tirada en el suelo la noche anterior.


Abrí el grifo y como de costumbre el agua a presión chocó contra mi cuerpo. Vaho, solo vaho. La niebla matutina inundó el pequeño baño, mientras el agua hirviendo recorría mi cuerpo, haciéndolo estremecer del placer de sentir la sangre caliente recorriendo mis vasos sanguíneos, dilatándolos, preparándolos para un nuevo día. Cerré el grifo y se hizo el silencio. Agarré una toalla, sequé mi cuerpo y la anudé a mi cintura. Apagué el interruptor y salí del baño. Me senté un momento en la deshecha cama. Y allí estaba de nuevo tu mano. Era un día más, y sin embargo algo diferente recorría mi piel.

martes, 18 de enero de 2011


Cuando el mundo se para, ¿qué es real y qué es imaginado?


jueves, 13 de enero de 2011

Descubrir qué es lo que quieres ser en la vida es lo más bonito que te puede pasar.

miércoles, 12 de enero de 2011

Ya entrada la noche. Cierras los ojos, y lo único que oyes son los latidos de tu corazón. Lo único que sientes es paz.

domingo, 9 de enero de 2011

Cuando te pierdes, tan solo queda encontrarte.


Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.



Pablo Neruda (1904-1973) Poeta chileno.

viernes, 7 de enero de 2011

Live, love, laugh.



Probablemente si mi familia contara mis manías dirían que estuve utilizando el biberón más de lo debido, que me chupé el dedo hasta los 11 años o que la palabra que más repito es “obviamente”. Quizás use esa palabra más de lo debido, puesto que en esta vida no todo es tan obvio como parece. Sin embargo, si tuviera que apostar por una obviedad casi absoluta diría que es obvio que cada vez que cerramos los ojos es para sumergirnos en un pensamiento, ya sea este profundo o banal.


En el instante previo al beso, justo cuando el corazón late descompasado y excitado y nuestro cuerpo parece que va a explotar de la emoción, cerramos los ojos, y aunque nos dejamos llevar por la emoción y el frenesí, nuestra mente piensa, disfruta y recrea.


En los momentos de vigilia a media noche, cuando somos incapaces de conciliar el sueño, nuestra mente cabalga por mundos lejanos dando vida a nuestras propias elucubraciones.


Sin embargo, es una obviedad absoluta que habrá un día en el que nuestros ojos no volverán a abrirse. Nos sumergiremos en un letargo eterno y ya no habrá cabida al pensamiento. Por ello, espero que de que llegue ese día, en el instante previo a la muerte, mi último pensamiento se transcriba en una sonrisa, una sonrisa que exprese la alegría por haber tenido la oportunidad de vivir una plena.