viernes, 8 de enero de 2010

Sentir


Cierra los ojos y por unos instantes deja todo lo que te rodea atrás para centrarte en todo lo que te ha hecho llegar hasta dónde estás.
Recuerdas.
Sientes.
Extrañas.
Sientes miedo.
Recobras energías.
Ríes.
Lloras.
Sientes como la vida recorre cada poro de tu piel, tu respiración se relaja y las imágenes pasan por tu mente una tras otra.
Este año, en mi caso, ha sido un buen año. Si he de sentirme orgulloso por algo ha de ser por la gran familia que tengo y que hace que todas mis expectativas estén cada día más cerca de cumplirse. A nivel personal, he de decir que me siento muy afortunado por tener los amigos que tengo. Apoyan, escuchan, hablan, y sobre todo siempre miran por tu bien. Están en las buenas y en las malas. Se ríen conmigo, pero también lloran conmigo.
He cometido fallos, muchos, demasiados. He caído. Me he sentido mal. Pero siempre ha habido algo que me ha hecho levantarme y seguir adelante: la fuerza de voluntad. En mi opinión el ser humano no es perfecto, y por tanto comete fallos. No sé por qué estamos aquí y ni si quiera nada me asegura que vaya a tener algo después de esto, solo sé que me han dado la oportunidad de vivir una vida, ya sea corta o longeva, pero a fin de cuentas una sola vida. Quizás un día cierre los ojos para siempre y no los vuelva a abrir y todo lo que he estado construyendo durante años se venga abajo y nada quede. Pero sí quedará, quizás yo no, pero si quedará todo lo que haga, todo el amor, y todo lo También quedarán los bienes materiales que tanto codiciamos pero ya no tendrán valor. Lo único que tendrá valor serán las personas, los sentimientos, mi mundo. Hay que vivir la vida, apreciar cada momento, cada instante, disfrutar de lo que verdaderamente vale e importa, tener una vida plena y darle sentido al sin sentido que nos han regalado, porque sino no habremos vivido, tan solo habremos nacido y muerto. Crea una fachada, vive por el resto y el resto será quién te domine, la casa se vendrá abajo y lo único que quedará será una fachada.
Vive por ti, sin importar la fachada, el que dirán, y tu casa tendrá unos muros tan sólidos que podrá soportar todo lo que se le eche encima.
Podrás fallar y equivocarte pero tan solo si de verdad estás arrepentido, te levantarás, rectificarás y aprenderás.

La vida, está para saber vivirla. Sino habrás muerto sin haber vivido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario