lunes, 9 de noviembre de 2009

Anhiquilar



Cierra los ojos, imagínate a ti mismo: tu cara, tu pelo, tus manos, tu cuerpo... Pasa tu dedo índice por todo tu cuerpo. ¿Te visualizas?

Ahora pasa a imaginar a tu familia: tu padre, tu madre, tus hermanos o hermanas... ¿Te vienen muchos recuerdos a la mente verdad? Muchas risas, muchas lágrimas... Muchos momentos juntos... Empiezas a recordar tu niñez, cuando te leían cuentos en la cama, te arropaban y te besaban antes de dormirte. Recuerdas cuando con un simple Chupa-Chups te robaban la más sincera y dulce de tus inocentes sonrisas. ¡Cuántas navidades juntos! ¡Cuántos veranos! ¡oh... Y cuantos cambios de estaciones! ¿Miles de recuerdos y de experiencias te vienen a la mente verdad?

Ampliemos esta vez el campo, incluye al resto de tus familiares: abuelos, abuelas, tios, tias, primos, primas... Todos tus familiares. Las caras aumentas ¿no es así?, pero ¿Y los recuerdos? ¿Aumentan? Claro que sí, y la sonrisa de tu cara se ensancha recordando todos y cada unos de esos momentos. Has pasado por malos momentos, pero ¿A qué has sido muy feliz?

Sigamos con la ampliación, esta vez tu campo de amigos. ¡oh qué de risas y buenos momentos! Algunas decepciones, algunas gratas sorpresas... Miles de personas aún por seguir conociendo, con las que seguir compartiendo tus ratos libres, tus experiencias, tu vida. Pero... Esas personas tendrán familia ¿no? Claro que sí. ¡Más gente al carro! Más vidas, más sueños, más ilusiones, esperanzas, más miedos, más secretos...

Ahora ampliemos hasta llegar al punto de reunir a todas esas personas que conoces, con familiares inclusive. ¿Innumerables verdad? Apenas atisbas a imaginar del todo...

Os desnudan, os apuntan con armas y no teneis otra opción. Os tiran al barro, os humillan, se ríen de todos y cada uno de vosotros. La rabia y la impotencia os llena el cuerpo y algunos se envalentonan y se encaran con los atacantes. Dos sordos disparos y un par de cuerpos inertes ponen fin a la revuelta. No tenéis nada, absolutamente nada. El miedo te llena el cuerpo, te recorre cada poro de tu piel. Los familiares de los caídos lloran desconsolados mientras se ríen de ellos. Les pegan patadas, los tiran al barro.

Empiezan a caer lágrimas de desesperación, de miedo, de rabia, de impotencia. Te agarras a las manos de tus padres con fuerza, te sientes diminuto y de repente suena una alarma.

¿Qué significa? No obtienes respuesta. Os alinean y descalzos caminais entre cristales rotos y piedras. Algunas personas ya mayores, personas honradas y venerables, ya cansados, son los primeros en caer.

Aparece un nuevo sentimiento: la incertidumbre. Pronto termina. Cuando eres consciente estás dentro de una cámara. Todos estaís allí. Esta oscuro, no hay ninguna luz, no hay ninguna ventana u salida a excepción de una puerta. La cierran por fuera y todos estaís dentro. Empezaís a gritar desesperados, golpeaís la puerta, chillaís, teneís miedo. Soís muchos y el espacio es muy pequeño.

No obteneís respuesta.

Silencio.

Sí, silencio es lo único que obteneís.

Las familias y amigos se agrupan, se besan, se miran, tienen miedo. Se apoyan unos en otros.

Empieza a hacer calor. Las paredes de acero empiezan a arder. Empiezas a sudar, cada vez más. Algunos empiezan a desmayarse. La desesperación se apodera de la cámara. Un niño pequeño no encuentra a su madre, se está mareando y llora desconsoladamente. Lo agarras entre tus brazos, le das ánimos, lo cuidas, haces lo posible porque siga adelante pero notas como se empieza a marear. Apenas puede respirar. Lloras, no lo entiendes pero finalmente a sus poco más de cuatro años muere entre tus brazos. Miras a tu alrededor y tu padre está perdiendo la conociencia y tu madre te mira con los ojos ente lágrimas antes de morir. Todas aquellas personas que te lo habían dado todo, personas respetables y honradas van muriendo una a una ante tus ojos. Sufriendo y humilladas. Todo empieza a arder, apenas puedes respirar ya. Cierras los ojos, los abres, los vuelves a cerrar, luchas por seguir abriéndolos pero cada vez es más y más difícil. Todo termina ardiendo, contigo dentro. Con todo lo que te importaba, con tus sueños, con sus sueños, con tus ilusiones, con sus ilusiones, con tu vida, con sus vidas...

Todo, reducido a unas pocas cenizas, Os barren con asco y os tiran. La siguente tanda está al llegar.

Guerras, campos de concentración, hornos crematorios, bombas, armas, asesinatos, traiciones. Siglos y siglos de guerra. Parecen muy lejanos, pero ¿Se ve de la misma forma si te metes en la piel? Todo parece quedar muy lejano pero todo ha pasado y podría poder volver a pasar si permitimos que pase.

¿Vamos a dejar que pase?

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